Actualmente, los coches inteligentes chinos representan un segmento menor del mercado de vehículos eléctricos de EE.UU., en gran parte debido a un arancel de importación del 25% impuesto por la administración Trump y restricciones adicionales de la Ley de Reducción de Inflación de 2022. A pesar de estos contratiempos, los fabricantes de automóviles chinos tienen esperanzas de entrar en el mercado estadounidense, potencialmente estableciendo plantas locales para eludir los aranceles y ser elegibles para créditos fiscales.
Las preocupaciones de la administración incluyen el riesgo de deshabilitación remota masiva de vehículos, causando caos en el tráfico, y el uso encubierto de sensores para espionaje. Esto refleja preocupaciones globales sobre la seguridad de los datos, como lo demuestra el debate en curso sobre TikTok y la inquietud general sobre la privacidad digital. Las implicaciones más amplias de estas preocupaciones se extienden a la fabricación y despliegue de vehículos inteligentes, que han sido criticados por sus controles laxos de privacidad y el manejo opaco de los datos recopilados.
Este enfoque en los coches inteligentes chinos es parte de una estrategia más amplia para abordar las amenazas potenciales que la tecnología extranjera representa para la seguridad nacional, enfatizando la necesidad de leyes de protección de datos más estrictas y la cooperación internacional para gestionar estos riesgos emergentes de manera efectiva.
Source: Cpomagazine
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