A pesar de estas aseguranzas, VF Corporation reconoció que la brecha podría llevar a intentos de robo de identidad, phishing y fraude, especialmente debido a la naturaleza de los datos personales expuestos. La violación, inicialmente divulgada el 13 de diciembre, interrumpió significativamente las operaciones de VF y su distribución de ropa de alta gama. Aunque no fue etiquetada explícitamente como un ataque de ransomware en ese momento, las características de la intrusión sugerían que podría haber sido, completa con una demanda de extorsión.
En una presentación posterior ante la SEC, VF reveló el impacto en 35.5 millones de clientes, pero permaneció vaga sobre los datos exactos a los que los atacantes tuvieron acceso. VF ha reiterado que no retiene información detallada de pago o financiera, por lo tanto, dichos datos no estaban expuestos. Además, las contraseñas de los clientes no fueron comprometidas, limitando potencialmente el impacto de la brecha en la seguridad de las cuentas en línea.
El incidente subraya los desafíos continuos de ciberseguridad que enfrentan las marcas globales, destacando la importancia de la vigilancia contra ataques de phishing y la necesidad de defensas digitales robustas para proteger los datos de los consumidores.
Source: The Register
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